
¿cómo os gustaría que lo celebrásemos? ¿cuál de nuestras creaciones os gustaría ganar?
¡¡Vosotr@s decidís!!
[+/-] |
Mil Divinitys ^___^ |
[+/-] |
Faery: Dríades |
En el mundo feérico, lo árboles juegan un papel fundamental. Considerados moradas de las hadas, desde antiguo se les asocian poderes mágicos. Algunos tienen poder mágico por sí mismos, como los robles, tratados por algunas culturas como semidioses, o como el manzano o el avellano; en otros su poder procede del hada que habita en él.
Entre los árboles, algunos han tenido un trato especial entre las distintas culturas. El roble, probablemente, sea el más respetado. Los celtas lo honraban como árbol sagrado, los druidas le rendían culto y para los griegos era la guarida de muchas de sus ninfas. Las hadas, a demás de vivir en él, usan sus frutos como talismán.
El fresno, el espino, el sauce y el saúco, también son protagonistas de muchas leyendas. El espino es un arbusto muy visitado por las hadas. En Irlanda son múltiples las historias que narran los castigos infringidos por las hadas por haberlos talado.
Si los árboles tienen poderes mágicos, entrelazados forman una protección superior. El roble, el espino y el fresno forman una combinación sobrenatural, al igual que si entran en contacto dos espinos y un saúco. Si además se unen estos árboles con un hilo rojo, se aísla el lugar de los malos espíritus.
Entre los frutales, el manzano, el avellano y el nogal, son los árboles protegidos por sus propiedades mágicas. Si el roble y el espino favorecían el hogar, los árboles frutales concedían sabiduría o fertilidad, por eso es conveniente seguir unas normas básicas en su cuidado, como evitar coger la última manzana de un árbol, si no se quiere sufrir el castigo de las hadas.
Con el nombre de ninfas denominaban los griegos a los espíritus femeninos de la naturaleza, hijas de Zeus y del Cielo. Al ser hijas de dioses, tenían poder sobre la naturaleza, conocían todos sus secretos y, aunque no eran inmortales, podían vivir miles de años. Cuentan que sus cuerpos eran muy bellos, por eso no les importaba vagar desnudas por los ríos, bosques, montes y lagos.
Dependiendo del medio en el que habitara cada hada recibía un nombre: las nereidas ern las hadas de los mares, la dríades del bosque, las alseídes de las flores, las napeas de los valles, las oréades de las montañas, las náyades del agua y las melíades de los fresnos. Las ninfas podían enamorarse de los hombres y de esta unión nacían héroes y semidioses.
La palabra “dríade” viene del latín dryas-driadis, ninfa del bosque para los romanos, que proviene a su vez de la palabra griega drys, que significa árbol en griego. Con este nombre designaban ambas culturas a las pequeñas ninfas de los bosques. Dependiendo del árbol en el que habiten las dríades reciben distintos nombres. A las que viven en los fresnos se las conoce como melíades, de la palabra griega melía, “fresno” en griego y a las que viven en las encinas se las conoce como dríopes. La naturaleza de las dríades está muy unida al árbol en el que nació, al que cuidará toda su vida y con el que morirá cuando éste muera.
Los humanos pensamos que no ocurre nada por talar un árbol o arrancarle una hoja, quemarlo o arañarlo, pero creemos esto porque desconocemos las leyes de la naturaleza. Al matar un árbol, podemos estar matando a la dríade que habita en él. Los dioses de la mitología griega, para evitar que las hirieran, castigaban fuertemente a aquellos que destruían los árboles.
Las hadas conocen los poderes mágicos de los árboles, por ello son las encargadas de proteger este mundo vegetal. Muestra de ese respeto son los miles de relatos que circulan por toda Europa en los que muchos hombres han sido castigados por talar árboles e incluso por arrancar una sola hoja. En muchas culturas el árbol es un símbolo de perpetua evolución, ya que se eleva siempre en dirección al cielo. Esta idea no excluye un significado cíclico de muerte y resurrección en aquellas especies de hoja caduca.
Como todas las ninfas, las dríades son jóvenes y hermosas, de pelo largo y ojos dorados. Adoran la música y la danza y su voz es armoniosa, pero son difíciles de descubrir porque su voz se entremezcla en el bosque con el rumor de los árboles. Un leve murmullo oculto entre los árboles nos puede conducir a una linda dríade.
Las melíades eran las ninfas de los fresnos. Del fresno se han contado muchas historias. Se dice que los druidas hacía sus varitas mágicas con ramas de fresno, dada la magia de su tronco. Al árbol y a la ninfa que habita en él se le asocian poderes curativos y protectores. El fresno contribuye con su poder a que los niños crezcan sanos, por ello, si se va a hacer una cuna de madera, es conveniente que sea de madera de fresno. En Grecia se decía que las melíades cuidaban de los niños abandonados, haciendo que todos los fresnos unieran sus ramas y formaran de este modo una especie de cueva con sus brazos, en las que los niños dormían refugiados. En Inglaterra se usaba como protección contra los malos espíritus.
[+/-] |
Faery: Lamias |
El vocablo "lamia" tiene su origen en la mitología griega, referido a una reina de Frigia, famosa por su hermosura y su terrible crueldad, que acabó siendo transformada en fiera. En las leyendas de Euskadi conservó todo su carácter negativo y en otras regiones europeas llegó a ser sinónimo de vampiro feroz, capaz de chupar la sangre a los niños. Así en Inglaterra, la temible “Glaistig” adopta la forma de mujer muy seductora, cuyos pies son pezuñas de cabra que oculta bajo los pliegues de su vestido verde. Seduce a los hombres y aprovecha el momento especial de aproximamiento del baile con ellos para chuparles la sangre cual vampira transilvánica. Por otro lado, paradójicamente, se muestra benigna con los niños y con los ancianos.
Las lamias son esencialmente subterráneas. Construyen sus hogares bajo el suelo, en cuevas o cavernas, aunque pasan la mayor parte del tiempo cerca de los arroyos o de las fuentes que en general, se encuentran cerca de menhires o dólmenes, tratando por todos los medios absorber toda la energía que de ellos emana. Decoran con brillantez todas sus moradas y no aparecen en la superficie hasta que amanece. Sus cavernas se hallan repartidas por Urepel, Iriberri, Isturitz, Orozco, Marquina, sierra de Entzia, Ezpeleta, Mañaria, Ceánuri, Dima...
Una leyenda de Azcarate, en las cercanías de Mendaro, cuenta que un hombre encontró un precioso peine de oro en un prado cercano, lo recogió y se lo llevó a su casa. Al día siguiente se encontró que todo el prado estaba lleno de piedras. Mientras observaba la escena atónito, se le acercó una lamia, y le dijo que si le devolvía el peine, desaparecerían las piedras del prado. El hombre devolvió el peine y, esa noche, las lamias quitaron las piedras del prado. Eran tantas, que cada lamia sólo tuvo que retirar una piedra.
Aunque no siempre las lamias se mostraban tan amables; otras veces, las lamias amenazan con acabar con la descendencia de aquellos que osan arrebatarles su peine de oro.
Pero las lamias también eran generosas con quienes les ayudaban. Solían regalar a los humanos objetos aparentemente sin valor, como tocino, miel, o cenizas, que se convertían en oro o plata, según el objeto elegido. Una leyenda cuenta que las lamias, en una ocasión, llamaron a la comadrona de un pueblo para que asistiera en el parto de una de las lamias. La comadrona llegó hasta la orilla del río y ayudó en el parto de la lamia, que, en agradecimiento, ofreció a la mujer un tarro de manteca y otro de miel. Le pidieron que escogiera el tarro que más deseara. Aunque le recomendaron aceptar el tarro de miel, la comadrona pensó que la manteca le sería más útil en su casa. Cuando llegó a casa, guardó el tarro de manteca, que, a la mañana siguiente, se había llenado de monedas de plata. Entonces comprendió que, si hubiera elegido el tarro de miel que le recomendaron las lamias, el tarro se hubiera llenado de monedas de oro.
Las lamias ayudan en sus trabajos a los humanos que les dejan ofrendas por las noches. Se dice que algunos puentes fueron construidos por las lamias. Según las diferentes versiones de la leyenda, en pueblos de montaña, con accesos difíciles, los aldeanos planeaban construir puentes para mejorar las comunicaciones entre los pueblos, pero eran trabajos complicados, por la situación geográfica de dichos lugares, por lo que pedían ayuda a las lamias, dejándoles comida. Por la noche, cuando todos se habían acostado, las lamias levantaban el puente desde un extremo del río al otro. Se dice que un día, un panadero que tenía el horno cerca del puente, encendió el horno a medianoche, de forma que el gallo del panadero, pensando que ya estaba amaneciendo, comenzó a cantar, asustando a las lamias, que, cuando iban a colocar la última piedra sobre el puente, se asustaron por el canto del gallo, cayendo la piedra al fondo del río. De esta forma se dice que, si te fijas bien, encontrarás algunos puentes con un agujero en el estribo, identificándose así los puentes construidos por las lamias.
Habitualmente se dice que las lamias son esquivas con los humanos, pero nos encontramos en el folklore vasco numerosas historias de amor entre lamias y humanos. La versión más extendida es la que cuenta cómo un joven pastor que volvía a casa con el rebaño a última hora de la tarde, se encontró con una bella lamia en la orilla del río. La pareja se encontraba todos los días, hasta que surgió el amor entre ellos, y decidieron casarse. Al llegar a su casa, el pastor contó a sus padres lo ocurrido, y cómo había decidido casarse con esa bella mujer que estaba en la orilla del río. Su madre estaba extrañada de que hubiera una mujer sola en la orilla del río a esas horas tan avanzadas, por lo que le recomendó a su hijo que, antes de casarse con esa joven, le mirase los pies, ya que podía ser una lamia. El pastor hizo lo que le pidió su madre, y, cuando se encontró de nuevo con su amada, le miró los pies, comprobando con terror que eran pies de pato. A pesar de seguir enamorado de la bella lamia, el joven anuló el compromiso de matrimonio y acabó enfermo de tristeza, muriendo poco tiempo después. Dice la leyenda que la lamia, enamorada del pastor, acudió a su funeral, pero no pasó de la puerta de la iglesia.h
[+/-] |
Muchos proyectos y una divinity |
¡¡Holaaaaa!!
[+/-] |
Denunciamos... |
¡¡Hola chicas!!
[+/-] |
Mitah & Mitah viajando hacia atrás en el tiempo... |
[+/-] |
Resaca mercadil y vuelta al cole |